El 26 de noviembre fue la fecha
del cambio. Muchas horas de trabajo, de entrega, de esfuerzo, de ilusiones y
desilusiones, de enseñar y de aprender, de niños, de risas, de frustración, de
empatía, y sobre todo de amor hacia ellos. ...quedarían atrás. Ese fue tu último
día de clase que no de maestro. Yo sé que siempre serás maestro, un buen
maestro. Un maestro de los que llenan el corazón de los niños, un maestro de los
que se preocupan por hacerlo cada día mejor y facilitarles el camino de
aprender. Un maestro bueno.
Han sido 40 años de entrega en cuerpo
y alma. Tuviste un último año difícil, la primera vez en cuarenta años que
estuviste de baja. Tu tendón de Aquiles roto te hizo parar unos meses. Aún con
el tendón roto fuiste dos días a trabajar hasta que ya no pudiste más, "es
por mis niños y por mis compañeros que me tienen que sustituir", me decías.
Tu responsabilidad con el trabajo, tu sentido del deber, tu entrega te hicieron
pasarlo mal, aún más que el dolor físico que sentías.
Desde ese día llevamos vividos días
muy emotivos.
Él, mi marido, mi compañero, ha
sido maestro durante cuarenta años. Los últimos quince en un colegio público de
difícil desempeño de Cáceres: El CEIP Gabriel y Galán. En un barrio marginal donde
la crisis ha agravado aún más las situaciones
precarias de sus alumnos tanto sociales
como familiares. Le he visto levantarse muchas mañanas preocupado por las situaciones familiares tan graves de sus alumnos, llevándose doble ración de merienda, o lápices, o estuches o mochilas o ropa para
ellos, sus niños y niñas de Las Minas.
Sus primeras prácticas, cuando
estudiaba la carrera,las hizo allí en los años 70 y sus últimas clases también han sido allí
y además por decisión propia. El ha decidido que esa fuera su última escuela. Podría
haber estado en " mejores " colegios de Cáceres pero decidió quedarse.
Nuestra casa estos días está
llena de detalles, (flores, cámaras, álbumes, placa...) pero quiero quedarme con los que llegan al corazón. El libro
que le han escrito sus alumnos, El álbum de fotos que le han dedicado sus compañeros
( sé que es difícil encontrar fotos de él, porque siempre prefiere estar al
otro lado de la cámara), vuestra palabras, vuestros abrazos...
Sus niños le escribieron mensajes preciosos. Niños y niñas para los que la escuela es también a veces un lugar difícil, como lo es su vida, pero que encontraron en su clase la paz que necesitaban y el maestro que les quería. Para estos niños escribir lo que siente es muy difícil, pocas veces lo hacen,por eso este gesto tiene aun más valor.
El viernes 18 de diciembre sus compañeros y compañeras,
maestros y maestras del Gabriel y Galán le hicieron una comida de de
celebración. Estuvisteis todos y os o agradezco en el alma. Se sintió feliz, y arropado
por vuestro cariño.
Todo estos días han sido difíciles
para él; ha sido protagonista cuando no le gusta serlo . Ha estado nervioso y
preocupado porque todo saliera bien.
Algunos leéis mi blog y por eso
he madrugado para escribir en él mi profundo agradecimiento.
Le hicisteis muy feliz, le hicisteis
sentir querido, respetado y valorado.. Unos
lleváis pocos meses en su vida y otros largos años compartiendo el
camino. Ayer en la paz de mi casa leí vuestros mensajes en el álbum de fotos y
lloré. Lágrimas de emoción y de felicidad por vuestras palabras hacia él.
Recuerdo algunas: " gran maestro, mejor amigo". "dejas huella"
" he tenido la suerte de compartir contigo""ni la jubilación ni
nada hará que te olvidé".... Le conocéis tan bien que ni siquiera esperasteis
ni forzasteis sus palabras. El es discreto , lo lleva todo dentro y le cuesta
expresarlo en palabras. Pero nada más llegar a casa os escribió desde lo más profundo
de su corazón.
Las palabras son importantes, lo
que dicen, lo que quieren decir. Seguid así, seguid ayudándoos unos a otros, seguid
siendo sinceros y compartiendo opiniones, seguid manteniendo ese buen clima de compañerismo,
seguid siendo tan buena gente.
El os llevará siempre en su
corazón y yo le oiré muchas veces hablar de vosotros, de su colegio, de sus
compañeros. Tendrá un gran recuerdo de ese día porque vivió momentos
entrañables.
Los que estamos cada día a su lado y formamos su familia os lo
agradecemos infinitamente. En nombre de Pablo y Laura, nuestros hijos, y en el mío,
su compañera de vida
MUCHAS GRACIAS.
Y termino con el poema de José Saramago que culmina el álbum de fotos
¿Qué cuántos años tengo?
– ¡Qué importa eso !
¡Tengo la edad que quiero y siento!
La edad en que puedo gritar sin miedo lo que pienso.
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¿Qué cuántos años tengo?
No necesito marcarlos con un número,
pues mis anhelos alcanzados,
mis triunfos obtenidos,
las lágrimas que por el camino derramé
al ver mis ilusiones truncadas..
. ¡Valen mucho más que eso!
¡Qué importa si cumplo cincuenta,
sesenta o más! Pues lo que importa:
¡es la edad que siento! Tengo los años
que necesito para vivir libre y sin miedos.